jueves, 18 de febrero de 2016

Controlaré tus sueños (John Verdon)

Como va la semana amigos?

Si, lo se, es la cuarta reseña de una novela de Verdon en los últimos meses, así que procurare explicar los por qués sin repetirme ni reiterar lo ya dicho, e incluso utilizando un lenguaje que trate de reforzar explícitamente esas preguntas.

Nos gusta diversificar con las lecturas, variar géneros y autores, y combinar las novelas con otro tipo de lectura diferente, menos lúdico y mas ,digámoslo así, cultural, que sirva incluso como documentación para futuros proyectos, excepto, claro está, si se trata de sagas que nos enganchen y que hay que leer enteras, porque sino mal vamos. Pero a veces aparece un autor, que aunque reconocido uno aun no ha descubierto, y de repente...

SINOPSIS

¿Cómo pueden tener el mismo sueño cuatro personas? ¿Por qué iban a suicidarse después de soñarlo? Cuatro personas que no se han visto nunca y que no parecen tener nada en común explican que han tenido el mismo sueño: una pesadilla recurrente cuyo elemento más inquietante es un cuchillo ensangrentado con la cabeza tallada de un lobo en la empuñadura. Todos los hombres son hallados muertos posteriormente. La policía enseguida descubre que las víctimas tenían dos hechos significativos en común: todos habían pernoctado recientemente en un mismo hotel, viejo y misterioso, de las montañas de Adirondack, y todos habían consultado al mismo hipnoterapeuta. Gurney se apresura a resolver otra serie de interrogantes imposibles, que en esta ocasión desconcertarán tanto a su cabeza como a su corazón.

Verdon es jodidamente bueno. Tiene un estilo con el que nos sentimos muy identificados. Llega al lector de forma fácil, directa, con un lenguaje rico pero comprensible, sin jactarse de todo el conocimiento gramatical que sin duda posee. Como debe ser, escribe para que nos involucremos en las tramas, no para que veamos la riqueza de sus textos, ni su dominio del lenguaje (recordad que siempre incidimos en la diferencia entre un buen autor, y un buen escritor). Te atrapa y te sumerge en unas tramas absolutamente geniales, originales, y muy bien hilvanadas, que por lo general mantienen la tensión y el misterio resolutivo hasta las ultimísimas ultimas paginas. Lo hace a través de una formula en apariencia casi calcada, pero en la que siempre incorpora nuevos elementos que las refuerzan y hacen diferente a las anteriores. Es muy descriptivo también, pero estos pasajes que sirven en ocasiones para rebajar la tensión, se funden siempre en una acción trepidante y frenética, jugando a la perfección con la ansiedad del lector, aumentando y calmando esta a su antojo.


Los personajes están muy bien trabajados y definidos, cada uno en su papel. A pesar de repetirse, no pierden su personalidad, ni quedan estancados en lo que ya conocíamos que eran. Al contrario, crecen y evolucionan en cada entrega, mediante subtramas que tienen que ver con sus relaciones entre ellos, o con sucesos que, mas allá del argumento central, le afectan de manera personal, o sus sentimientos personales concretos en cada nueva aventura. Destaca la curiosa relación entre Gurney y Hardwick, tan diferentes ambos, que se complementan a la perfección y no deja de arrancarnos una sonrisa en muchos momentos. También esta la relación entre el detective y su mujer, con dos formas muy separadas una de otra de ver y sentir la vida, en la constante búsqueda de ese equilibrio que consiga darles la estabilidad que el gran amor que se tienen precisa. Una Madeleine cuyo practicismo supone un gran punto de apoyo para el cerebral Dave, pero que, como vemos en esta entrega, también tiene sus propios demonios internos.

¿La trama? Una vez mas acojonante. Nuevos asesinatos, esta vez difíciles de explicar, no solo por sus motivos, sino mas aun por su ejecución. Un misterio que nos llevará a esa vuelta de tuerca de la que antes hablaba, ofreciéndonos todo un 2x1 (no puedo decir más)

Vamos, que ya estoy tardando en hacerme con el único de la saga que me falta (aquí la palabra saga hace referencia a varios volúmenes en los que aparece un mismo protagonista, pero os recuerdo que los argumentos no van ligados, sino que cada historia es independiente, y puede leerse sin problema alguno en el orden que deseemos). Así que, DEJA EN PAZ AL DIABLO, ¡allá voy!

Un abrazo.

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