Después de la decepción que supuso Yo soy Dios, un soplo de aire y lectura refrescante me ha rescatado de la mano de Venganza, de Brian Freeman.
Nueva novela negra, policiaca al más puro estilo, donde unos asesinatos en la actualidad nos conducirán a la búsqueda de un asesino en serie cuyos actos están íntimamente relacionados con otro asesinato de hace 40 años, en cuya autoría acaba residiendo el verdadero misterio de la novela.
Al contrario de lo ocurrido con Faletti, Freeman relata de manera perfecta, muy entendible y coloquial dentro del discurso literario, sin entrar en la chabacanería por supuesto, lejos de ese estilismo barroco de aquellos que más que tratar de contar una histora parecen querer demostrar su virtuosismo gramatical.
Sinopsis
Dos crímenes han conmocionado la ciudad de Las Vegas: un famoso millonario ha sido asesinado mientras estaba con una prostituta, y un niño ha muerto tras un atropello intencionado. Serena Dial y Jonathan Stride, detectives y pareja, se encargan de investigar estas dos muertes que parecen no tener nada en común. Pero esto es Las Vegas, un lugar donde todo el mundo tiene algo que ocultar. Pronto los cadáveres comienzan a multiplicarse. Stride y Serena siguen una pista de sexo y venganza en pos de un secreto que puede ensangrentar las calles de una ciudad que nunca duerme. Y saben que se juegan la vida. Porque en Las Vegas no hay punto medio: o rompes la banca... o te quedas sin nada.
La novela es trepidante en su narración, apenas hay descripciones (es una trama policial pura, y tampoco discurre por escenarios muy propensos a la descripción y que aporten interés para situarnos en ello. Las Vegas no deja de ser una ciudad conocida por todo el mundo y la trama no transcurre ni en los lujosos casinos ni en lugares sórdidos) y la acción discurre de forma ágil y fluída. Venganza es la continuación de la saga que tiene a esta pareja de detectives de protagonistas, y cuya relación comenzó en la primera entrega titulada Inmoral, aunque Venganza no necesita que leamos esta primero ya que las historias y los sucesos son independientes, más allá de alguna pequeña referencia al inicio de esa relación en Minnesota, de donde es oriundo Stride, y a donde Serena se trasladó en esa primera parte. Ahora es Jonathan quien se ha trasladado a Las Vegas para estar con su amada y quien se encontrará como pez fuera del agua en un lugar tan diferente al entorno más rural del que procede, y donde la gente tiene como único modus vivendi el seguir la línea trazada por sus pasiones, ambiciones y deseos. Por su parte Serena seguirá huyendo de sus fantasmas del pasado (cuyo recuerdo florecerá en la figura de Claire, uno de los objetivos del asesino) y tratando de ir abriéndose poco a poco con Stride.
En una ciudad donde los neones nos distraen y alejan de la realidad, superficial, construida sobre los pilares de la mafia y donde las influencias alcanzan mucho más allá de donde puedan llegar los tentáculos de dos simples detectives, Venganza nos conducirá a un final que nos reserva una sorpresa como colofón, pero que tambien nos dejará con un regustillo un poco con sabor a rabia, dado que el esfuerzo de los agentes no siempre puede verse recompensado con la justicia que merece el caso en cuestión ( no sigo porque ya sabéis que no me gusta mucho adentrarme en la historia, para no dejar spoiler ninguno)
Importante antes de su lectura recordar la famosa frase "lo que sucede en Las Vegas, se queda en Las Vegas"
Un abrazo Arcan@s.
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