Hay veces en que es una historia la que te encuentra
a ti, y no al revés. Es ella quien llega a ti, sin buscarla, casi por
casualidad, sin referencias de ella, e incluso desconociendo la existencia del
autor.
Así conocimos a John Verdon (digo conocimos porque
ese día Sonia y yo nos encontrábamos visitando a Yolanda de Hobbiton, nuestra
librería amiga de Etxebarri. Fue ella quien me recomendó Sé lo que estás pensando,
primera novela de este autor.
No me gusta demasiado la etiqueta de novela
negra. Al igual que en el cine, traslada a nuestra mente un tipo de acción que muchas veces nos aleja
de ella haciéndonos una idea equivocada. Personalmente prefiero considerarla,
al menos en este caso, thriller.
Sé lo que estás pensando nos presenta a Dave
Gurney, ex detective de la policía de Nueva York, famoso por sus
decisivas intervenciones en casos de asesinos en serie, ya jubilado (a la edad
de 47 años, ¡quien pudiera!). Trasladado a vivir a un ambiente bucólico, junto
con su mujer Madeleine, descubriremos una relación personal tocada, que
arrastra un trágico suceso del pasado, entre dos personas muy diferentes.
Gurney es un genio en lo suyo, un Sherlock Holmes moderno (personaje al que se
hace continua referencia, e incluso uno de los secundarios se dirige a Dave
como “Sherlock” en ocasiones), con una mente privilegiada para el análisis de
pistas y situaciones criminales, pero un enorme déficit para las relaciones,
tanto con las personas, como con el propio mundo.
La llamada de un amigo, pidiendo asesoramiento
acerca de ciertas notas que recibe, harán que nuestro personaje retorne
temporalmente a su viejo oficio, contratado por la oficina del fiscal (lo que
provoca un conflicto con el departamento policial encargado del caso), viéndose
inmerso en la búsqueda de lo que terminará por ser un asesino en serie. Un
asesino brillante, inteligente y perspicaz que las únicas huellas y pistas que
deja, son las que deja de manera consciente ante la incredulidad y la falta de comprensión
de los agentes que le investigan. Un rival a la altura de Dave Gurney, que nos
arrastrará envueltos en un emocionante caso lleno de misterio, suspense, e
intriga, enfocado todo hacia un final vibrante y sorprendente en lo que a las
causas y motivación del asesino se refiere.
Una muy buena historia, bien hilvanada, interesante,
y adictiva. Resalta dentro de lo que es la historia en sí, la evolución de la relación
de Gurney con su mujer (a peor), quien sin embargo se convierte, dada su habilidad
para simplificar las cosas y ver el mundo de otra manera tan diferente a la
suya, en el faro perfecto para alumbrar al detective en sus momentos de duda u
opacidad.
Las aventuras del detective Gurney continúan en No abras
los ojos. De nuevo los mismos personajes, pero con ciertas variaciones
que nos hablan de la evolución de los mismos. Esta vez será una adinerada
mujer, a instancias de Jack Hardwick (el amigo-no amigo,
compañero-no compañero de Dave, cuya relevancia crece en esta parte, y cuyo carácter
y forma de hacer tan bien empasta con el de Gurney cara al lector, a pesar de
ser totalmente antagonistas) quien pedirá asesoramiento a nuestro personaje, no
satisfecha con los bandazos, e incongruencias de la investigación policial que
llevan los agentes (la misma brigada de Sé lo que estás pensando) en relación
con el brutal asesinato de su hija.
La estructura de esta historia es parecida a la
primera, pero de eso nos daremos cuenta hasta el final. ¿Por qué? Muy sencillo,
porque Verdon nos presenta todo de manera parecida, pero llevándolo todo un
paso más allá. Nuevamente detalles incomprensibles y pistas que en principio o
no dicen nada, o apuntan hacia donde quiere el asesino, pero esta vez el
supuesto asesino en serie nos conducirá hasta una macabra red de explotación sexual.
Incluso el final, con intento de homicidio masivo es parecido a la primera
parte, pero ninguna de estas coincidencias nos hará perder tensión e interés en
la historia que se nos cuenta. Como he dicho antes, crece la presencia de Jack
Hardwick, mejora la relación con Madelaine (esta vez el asesino es capaz de
amenazar de forma directa a la mujer de nuestro héroe), y de nuevo encontramos
viejos “amigos”…Si en Sé lo que estás pensando la colaboración
del detective con el fiscal le lleva a ser mal visto por la brigada policial,
esta vez su ayuda a la madre de la fallecida le hará ponerse en medio de ambos.
Ágil, amena y entretenida, sin obviar ninguno de los
puntos fuertes de la primera parte, John Verdon no solo mantiene el tipo, si no
que complica la trama. Seguiremos con las aventuras de Gurney, pero esta vez
deberá esperar, porque llega el esperadísimo turno de Lisbeth Salander y Millenium IV.
¿Será capaz un autor, cuya obra las destacable es la biografia de Zlatan
Ibrahimovic, mantener el tipo siguiendo la saga creada por el difunto Stieg
Larsson?
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